
Terceiro día da novena
Yo hablaré por vosotros.
Jesucristo dijo a sus discípulos: Seréis llevados ante los tribunales por causa de mi nombre para dar razón de vuestra fe. Pero no temáis: No penséis lo que tenéis que responder, porque yo hablaré entonces por vosotros y pondré palabras de verdad en vuestros labios.
Y así ha sucedido. Gentes sin letras, analfabetos, en presencia de los sofistas que pretendían con razones humanas arrancarles sus creencias, se han sentido súbitamente iluminados por el Espíritu de Dios y han confundido a los sabios de este mundo verificándose la palabra de Isaías: Yo confundiré la ciencia de los sabios y desvaneceré las razones de los prudentes de este siglo.
Así confundió San Adrián al Emperador gentil cuando con razones humanas, razones de carne y sangre, pretendía arrancarle la semilla de la fe que acababa de germinar en su alma. Jesucristo mismo hablaba por su neófito con tan elocuente sabiduría que llenaba de admiración a cuantos escuchaban la varonil y luminosa apología de la religión cristiana que brotaba de sus labios.
Oración para este día
Bendito San Adrián, que iluminado por el Espíritu de Dios supiste deshacer los sofismas y falacias del enemigo de la verdad y permanecer fiel a tus creencias religiosas: concédenos la gracia de conocer más y más las grandes verdades de nuestra fe para que, no solamente creamos con más firmeza, sino que sepamos también defenderlas contra los ataques de la incredulidad.